VOLCÁN TUNGURAHUA
La garganta de fuego andina
Con 5. 023 metros sobre el nivel del mar y un
cráter de 400 metros de diámetro, el volcán Tungurahua se mantiene en proceso
de erupción desde 1999. La elevación se localiza a 33 km de la ciudad de Ambato
y a pocos metros de la población turística de Baños. Por las noches, se pueden
ver las explosiones y las incandescentes rocas que descienden de su cráter.
Uno de los puntos seguros de observación de la
actividad volcánica es la población de Pondoa, a quince minutos de Baños. Desde
allí, se pueden realizar expediciones guiadas a pie o sobre caballo hacia las
faldas más altas del volcán. La caminata dura cuatro horas y requiere un grado
avanzado de preparación del expedicionario.
Desde la ciudad de Baños se organizan
expediciones a la Casa del Árbol, hogar del vigilante de la actividad volcánica
del Tungurahua. Allí se presenta una exposición histórica de la reciente
erupción con fotografías y video.
El volcán Tungurahua forma parte del parque
nacional Sangay, el cual posee más de 500 mil hectáreas con 586 especies de
animales y 3 000 especies de plantas. Las poblaciones cercanas al volcán han
sido capacitadas en el manejo de emergencias y evacuaciones.
La actividad volcánica del Tungurahua ha llamado
la atención de geólogos debido a la accesibilidad al cráter y la continuidad de
la erupción. De igual manera, el coloso atrae a fotógrafos experimentados y sus
explosiones se han expuesto en diversas muestras en el mundo.
ARTESANÍAS SALASACAS
Tapices que cuentan una historia ancestral en Tungurahua
En la plaza central de la comunidad Salasaca, ubicada a 14 kilómetros de Ambato (provincia de Tungurahua), los niños corren y juegan con sacos de lana de alpaca, llevan los pesados costales a sus madres. Ellas están sentadas en círculo, hilvanan el vellón sin siquiera mirarlo. El pueblo se llena de tapices, ponchos, gorras y bufandas los días martes y sábados; el resto de la semana, los telares y las manos no dejan de trabajar.
Los tapices están colgados a lo largo de la
plaza, muestran figuras de personas y animales andinos, situaciones cotidianas
y representaciones de montañas, el sol y la luna. Estos cuadros están
construidos con lana de borrego, que provee tanto elasticidad como resistencia,
y que ha sido tinturada con semillas y hojas.
En cada vivienda de la población, los telares
resuenan mientras los niños y adolescentes guían a borregos y alpacas a través
de los verdes campos montañosos que tienen como telón el Carihuayrazo. Las
niñas corren a la cordillera para recolectar plantas como la cochinilla y el
kulki que sirven de tinte para la lana, en grandes ollas el agua hierve para
preparar la tintura.
Es temprano en la mañana y una de las mujeres
salasacas que hilvana un pedazo de nube, cubre la lana con un pedazo de tela
para que no se ensucie. El frío de la montaña hace que la mujer se tenga que
cubrir hasta las orejas con ponchos y bufandas, solo se pueden ver sus manos
que bailan con un trompo de hebras que se transforman en hilo.
La comunidad Salasaca se originó de la cultura
Mitimae, que fue obligada a migrar desde Bolivia en la época incaica. Esta
comunidad se asentó en un valle arenoso de 20 kilómetros cuadrados de
superficie, donde actualmente habitan 18 comunas que se dedican a la
agricultura y a la elaboración de artesanías.
Cerca de la población Salasaca se encuentra el
páramo de Mocha, especial por sus largas planicies en las que pastan animales
endémicos como llamas y alpacas. Desde allí se puede observar la cumbre del
monte Carihuayrazo, hermano menor del volcán Chimborazo.
DEPORTES EN BAÑOS DE AGUA SANTA
Aventura en agua y tierra entre la sierra
y la selva
Con una geografía sinuosa que vincula la región Sierra con la Amazónica, las
montañas, cascadas y ríos de Baños de Agua Santa presentan una completa ruta de
aventura. El volcán Tungurahua y sus bramidos eruptivos acompañan un paseo
deportivo a lo largo del río Pastaza y sus montañas que forman parte del Parque
Nacional Sangay.
Al continuar el camino hacia la Amazonía, Baños de Agua Santa se deslinda de su paisaje serrano para convertir cada montaña en cascada. Una caminata ligera puede cubrir las más cercanas al pueblo como la cascada de la Virgen, el Manto de la Novia y la de Ulba. Sin embargo, una caminata más rigurosa puede descubrir el Pailón del Diablo, inmensa caída del río Verde sobre una roca en forma de olla, a continuación el agua aceituna se mezcla con el marrón río Pastaza en un descenso agitado.
El río Pastaza, que recorre la población de Baños de Agua Santa, sirve de tablado para deportes acuáticos como el rafting y el kayak. De acuerdo con las condiciones climáticas, el Pastaza puede llegar a ser un río catalogado en nivel 4 de dificultad; sin embargo, se pueden realizar recorridos más pequeños en donde el torrente puede ser navegado por deportistas novatos.
El descenso a través de cascadas, conocido como canoying, no necesita de experticia previa y es conducida por guías especializados que preparan las poleas y las cuerdas en las caídas de los ríos Blanco, Chamana, San Jorge, Río Blanco y Cashaurco.
Las montañas rocosas que rodean a Baños de Agua Santa exhiben paredes basálticas aptas para la escalada deportiva. Para este deporte se requiere experticia ya que el deportista debe saber colocar pies y manos en las estructuras de roca que están preparadas. Los sitios más usuales para la escalada se encuentran en San Martín, a 100 metros del zoológico, y junto al puente de San Francisco, frente al terminal terrestre de Baños de Agua Santa.
Una ruta especializada en ciclismo se extiende a lo largo de la carretera Baños de Agua Santa – Puyo (en la región Amazónica). Esta vía cruza acantilados y acompaña el recorrido del río Pastaza hasta la llegada de la selva.
Al continuar el camino hacia la Amazonía, Baños de Agua Santa se deslinda de su paisaje serrano para convertir cada montaña en cascada. Una caminata ligera puede cubrir las más cercanas al pueblo como la cascada de la Virgen, el Manto de la Novia y la de Ulba. Sin embargo, una caminata más rigurosa puede descubrir el Pailón del Diablo, inmensa caída del río Verde sobre una roca en forma de olla, a continuación el agua aceituna se mezcla con el marrón río Pastaza en un descenso agitado.
El río Pastaza, que recorre la población de Baños de Agua Santa, sirve de tablado para deportes acuáticos como el rafting y el kayak. De acuerdo con las condiciones climáticas, el Pastaza puede llegar a ser un río catalogado en nivel 4 de dificultad; sin embargo, se pueden realizar recorridos más pequeños en donde el torrente puede ser navegado por deportistas novatos.
El descenso a través de cascadas, conocido como canoying, no necesita de experticia previa y es conducida por guías especializados que preparan las poleas y las cuerdas en las caídas de los ríos Blanco, Chamana, San Jorge, Río Blanco y Cashaurco.
Las montañas rocosas que rodean a Baños de Agua Santa exhiben paredes basálticas aptas para la escalada deportiva. Para este deporte se requiere experticia ya que el deportista debe saber colocar pies y manos en las estructuras de roca que están preparadas. Los sitios más usuales para la escalada se encuentran en San Martín, a 100 metros del zoológico, y junto al puente de San Francisco, frente al terminal terrestre de Baños de Agua Santa.
Una ruta especializada en ciclismo se extiende a lo largo de la carretera Baños de Agua Santa – Puyo (en la región Amazónica). Esta vía cruza acantilados y acompaña el recorrido del río Pastaza hasta la llegada de la selva.
PATATE
El valle de la eterna primavera
Esta población agrícola yace en un valle entre
montañas verdes a 25 minutos de Ambato. Patate posee distintas alturas que van
desde los 2 000 msnm hasta 4 000 msnm y su clima es templado y seco, ideal para
el cultivo de todo tipo de frutas y verduras.
A pesar de que la población se dedica de forma
primordial a la agricultura, el centro de la ciudad encierra varios atractivos
culturales. Entre ellos se encuentra el museo religioso y arqueológico del
Señor del Terremoto y su santuario. Allí se presentan cerámicas y utensilios de
la cultura Panzaleo al igual que imágenes y figuras religiosas de la Escuela
Quiteña que datan de los siglos XVII y XIX.
La fiesta del Señor del Terremoto se realiza
durante los primeros días del mes de febrero con la participación de todas las
parroquias de Patate. Desfiles de carrozas de flores y frutas y danzas
folclóricas representan el agradecimiento de los pobladores a su Patrono.
Alrededor de la plaza central Simón Bolívar se
encuentran varias cafeterías que preparan arepas patateñas, pastelillos de
zapallo horneados en hojas de achira, y chicha de uva, vino artesanal que se
prepara con manzana, mora, abridor y uva.
La mitad del territorio del cantón Patate forma
parte del Parque Nacional Los Llanganates desde cuyos páramos nacen muchos de los
ríos de la provincia. Se pueden realizar expediciones a través de las cascadas
de Mundug y Las Golondrinas o visitar las lagunas de San Borja y Cocha Negra.
EL VALLE SAGRADO DE LOS PASTOS
Chilmá Bajo es un pequeño valle al noroccidente
de Tulcán, localizado sobre la formación geológica volcánica de Pisayambo, a lo
que debe su paisaje único compuesto por elevaciones rocosas de origen volcánico
y macizos como el Chiles, el Cumbal y el Azufral.
Uno de los más renombrados atractivos son los
vestigios de la antigua cultura Pasto; piezas arqueológicas y petroglifos
evidencian su presencia en el valle. Estudios aseguran que este asentamiento
estuvo formado por un complejo de bohíos (casas comunales) y plazas cerradas
por columnas de piedra cónicas. Los rastros de bohíos subsisten y es común
encontrar piezas de cerámica decoradas con motivos pastos.
Los pobladores conocen sobre los vestigios y se
convierten en guías al momento de explorar, aseguran que la inmensa piedra con
petroglifos es un mapa que describe la ubicación de los bohíos en relación a
las dos quebradas que bordean el territorio y que nacen del río Chilmá.
El lugar cuenta además con una característica
peculiar; los llamativos colores de los pincha flores, las tangaras doradas y
los curiquingues revisten la zona; ornitólogos y aventuristas se congregan para
buscar, observar e identificar especies mientras disfrutan del entorno. Esta
animada avifauna se debe a la riqueza natural del bosque Montado Bajo.
El valle, santuario de la vida tropical en medio de los Andes y detentor de una cultura milenaria, oculta atractivos enigmáticos que pueden ser recorridos a través de los senderos, las caminatas por la montaña o cascadas observación del ecosistema. El visitante asimismo se deleitará con su entorno natural y podrá escoger uno de los dos alojamientos disponibles y ratificar la merecida fama que lo consagra.
El valle, santuario de la vida tropical en medio de los Andes y detentor de una cultura milenaria, oculta atractivos enigmáticos que pueden ser recorridos a través de los senderos, las caminatas por la montaña o cascadas observación del ecosistema. El visitante asimismo se deleitará con su entorno natural y podrá escoger uno de los dos alojamientos disponibles y ratificar la merecida fama que lo consagra.
RESERVA ECOLÓGICA EL ÁNGEL
Un ecosistema único entre el páramo y el
bosque húmedo
La Reserva Ecológica El Ángel se localiza
al noroccidente del Ecuador, a 3 642 y 4 767 metros de altura en la provincia
del Carchi, en la Sierra Norte. Sus 15 715 hectáreas poseen una extraordinaria
biodiversidad conformada por páramos de frailejones y bosques de polylepis.
Se accede a pie sin ninguna dificultad, gracias a
un sendero señalizado desde donde se observan las lagunas El Voladero y tres
humedales rodeados por frailejones de hasta siete metros de alto. Estas plantas
cubren el 85% de la superficie de la reserva y forman uno de los ecosistemas
endémicos protegidos más relevantes del Ecuador. Sus hojas se agrupan de forma
ordenada y se asemejan a las orejas de un conejo, además son lanudas y de color
verde grisáceo. Únicamente se pueden ser halladas en los páramos de Venezuela,
Ecuador y Colombia.
Los frailejones forman agrupaciones con otras
especies como los pajonales, la puya y la almohadilla. Funcionan como una gran
esponja de agua que atrapa la humedad de la niebla y las lluvias. El lobo de
páramo es uno de los habitantes de esta reserva junto al chucuri y aves como el
cóndor y la tangará.
Se han escuchado varias leyendas de duendes entre
la floresta de los polylepis, los cuales no tienen nada que envidiar a las
descripciones que hace J.R.Tolkien sobre el fantástico bosque Fangorn. Dentro
de la reserva de12 de hectáreas cubiertas, estos árboles de tronco rojizo
albergan en sus ramas broméleas y orquídeas. Los polylepis(o árboles de
papel)son los que crecen a mayor altitud en el planeta y aumentan un milímetro
de espesor cada década.
VOLCÁN CHIMBORAZO
El compañero más alto de la Sierra
A 28 km de Riobamba se eleva la montaña más alta
de Ecuador con 6310 msnm, un coloso que acompaña el paisaje central del país y
alberga a dos ciudades: Riobamba y Ambato.
Esta montaña posee tres cumbres distintas y una
base de más de 20 km de diámetro. Su actividad volcánica está inactiva ya que
se calcula que su última erupción ocurrió hace 10 000 años.
Dentro de la cadena montañosa de Ecuador, el
Chimborazo es una de las cumbres más difíciles para andinistas experimentados.
Se requiere una caminata de nueve horas para alcanzar la cumbre y cinco horas
para descender. La montaña posee distintos senderos de acuerdo a las
condiciones climáticas por lo que es esencial la compañía de un guía
especializado.
El Chimborazo posee dos refugios que sirven de
campamentos base para quienes deseen subir a la cumbre o de sitios de descanso
para familias y visitantes. El primero está localizado a 4 800 msnm en donde se
puede tomar una bebida caliente y continuar una caminata de 40 minutos hacia el
segundo refugio a 5 200 msnm, con sitios exclusivos para dormir antes de
escalar la cumbre.
Para llegar al volcán desde la ciudad de Riobamba,
se debe recorrer la vía a Guaranda en un viaje de 45 minutos aproximadamente. A
medida que el terreno se eleva, animales andinos como vicuñas, llamas y alpacas
aparecen en los campos laterales de la carretera y acompañan al visitante
durante todo el camino.
EL TREN DE LA NARIZ DEL DIABLO
Las rieles más complicadas del mundo
Un tren centenario que desciende desde los 2 340
msnm en Alausí hasta los 1 816 msnm, en donde se asienta Sibambe, a través de
un camino en zig-zag que representa la construcción ferroviaria más complicada
y temeraria del mundo.
En un viaje de 13,5 km, el tren atraviesa
elevadas montañas cubiertas de cultivos y camina al lado del río Alausí. En la
Nariz del Diablo, la locomotora realiza un descenso de 80 metros de altura por
escalones en zig-zag de 1,60 metros de ancho.
La locomotora y sus coches son modernos y poseen
ventanas panorámicas con cómodas sillas y mesas reclinables. Los turistas
pueden caminar por los pasillos durante el viaje y tomar fotografías a través
de las ventanas de tres cuerpos ubicadas en los coches de los extremos.
Las vías de este zig-zag fueron construidas en
1901 por Eloy Alfaro, el presidente que unió las regiones Costa y Sierra con un
tren que descendía desde los Andes hasta el Pacífico. Hoy en día, la vía ha
sido rehabilitada dentro del proyecto de reconstrucción del camino ferroviario
desde Quito hasta Durán, cerca de Guayaquil.
Al llegar a la estación de Sibambe, se puede
observar la superficie de la Nariz del Diablo y recorrer un centro turístico
comunitario que posee artesanías, grupos de danza, cafetería y un museo de
interpretación acerca de la construcción del tren y su significado.
El ferrocarril forma parte del conjunto de rutas
habilitadas que unen Riobamba con Colta y Urbina, al igual que se han
reconstruido las vías de Quito a El Boliche, en Cotopaxi, y la vía Durán –
Yaguachi, en la región Costa de Ecuador.
SAN MIGUEL DE LOS BANCOS
Hacia el mar, el descenso de la Sierra entre mariposas y orquídeas
La cadena montañosa de los Andes desciende de la Sierra
y crea un bosque subtropical perpetuo en donde danzan las mariposas sobre
especies únicas de orquídeas. En San Miguel de los Bancos, el frío de los
páramos se transforma en un cálido bosque húmedo que guarda ríos y cascadas
cristalinas que son propicias para la práctica de deportes de aventura.
Este cantón se encuentra a dos horas en automóvil
desde la capital Quito, el viaje inicia con la diversidad de paisajes que
transforman al páramo en sub-trópico mientras se desciende a la Costa. Aquí se
encuentra Mindo, el refugio de cientos de especies de aves, mariposas y orquídeas
que se concentran en un pequeño territorio. El turismo ecológico es muy importante
en la zona ya que integra la aventura con la educación en el cuidado del medio
ambiente.
A lo largo de la carretera, se pueden ubicar las
entradas a distintos atractivos turísticos como cascadas, puentes, restaurantes
y hosterías. También se puede encontrar lagunas artificiales especializadas en
la pesca deportiva. Sin necesidad de dedicar mucho tiempo al asunto, una parada
en estas piscinas significa pescar una trucha y pedir al restaurante local que
la cocine al gusto del visitante.
Muchas hosterías cuentan con amplios espacios
verdes en donde se puede realizar senderismo al igual que organizan excursiones
en las que se mezcla el tubing, el rafting y el kayak. Durante las primeras
horas de la mañana, se planifican excursiones guiadas para la observación de
aves endémicas, aunque basta con abrir una ventana para escuchar el canto de
ellas.
MINDO
Entre mariposas y orquídeas, el pequeño pueblo de
Mindo es un retazo de bosque sub-tropical en donde crece la mayor diversidad de
fauna y flora dentro de un paisaje de Sierra. En esta población se entremezcla
el turismo de aventura, en el que se realiza desde senderismo hasta kayak, con
la investigación científica, el aventurismo y el conocimiento del frágil
equilibrio de su ecosistema.
En una caminata de dos horas, el viajero arriba
al río Mindo que posee agua cristalina y una corriente que crece y decrece a lo
largo de su recorrido. En este lugar se puede practicar canopy en circuitos
diseñados para recorrer el bosque en diversas alturas y quebradas. El más largo
de los recorridos representa una travesía de 800 metros a una altura de 500
metros sobre el río. Existen diversas operadoras turísticas que promocionan
este deporte y se pueden contratar desde sus oficinas en el pueblo.
El mariposario de Mindo se encuentra a pocos
minutos desde la población, en un camino que se puede recorrer a pie. En este
espacio cerrado y protegido viven al menos 18 especies de mariposas endémicas,
entre insectos nocturnos y diurnos. El lugar está cubierto de plantas locales
bajo un pequeño ecosistema controlado apto para la vida de las mariposas. El
visitante camina por senderos repletos de vegetación y las mariposas vuelan sin
miedo a su lado, se posan en sus manos y juegan con él. Otros recorridos por
Mindo incluyen una cascada en la que es posible zambullirse y admirar un cielo
cubierto por árboles únicos.
COSHASQUÍ
Entre las montañas, los Caranquis
construyeron pirámides
Hacia el norte de la capital Quito, una serie de
montañas que forman en nudo Mojanda – Cajas dan lugar al parque arqueológico y
de investigación científica Cochasquí. Se trata de un conjunto de pirámides que
fueron construidas en el periodo del 850 a.C. hasta el 1550 a.C. Pertenecieron
en un inicio a la civilización Caranqui que posteriormente fueron conquistados
por los Caras y los Incas.
Las 15 pirámides truncadas forman una extensión
de 84 hectáreas que surgen a los 3 100 metros sobre el nivel del mar. Nueve de
las pirámides poseen rampas por lo cual los investigadores afirman que se
podría tratar de un complejo ceremonial que representa varias divinidades como
la luna, el sol y las montañas. Las pirámides se encuentran en la línea
ecuatorial, a 0º 3' y 35''.
En el horizonte de las pirámides se encuentran
las montañas Pichincha, Cotopaxi, Cayambe e Illiniza. La construcción se
realizó con cangahua, una piedra volcánica muy resistente. En la parte superior
de las elevaciones se encuentran bloques en forma conos erguidos en lugares
estratégicos por medio de los cuales se puede seguir y estudiar la trayectoria
de la luna y el sol. De este modo, los pueblos antiguos calculaban sus momentos
de cosecha y siembra al igual que sus calendarios y festividades.
Muchos investigadores han realizado estudios
antropológicos y arqueológicos acerca de la concepción de las pirámides. Se han
encontrado restos humanos en el interior de las mismas por lo cual se entrevera
la posibilidad de que haya servido como sitio sagrado o cementerio.
CAYAMBE
En Cayambe, a una hora de la ciudad de Quito, los campos están cubiertos de plantaciones de flores. Ecuador es especialista en la exportación de rosas de especias variadas y únicas, Cayambe posee el clima ideal para el cultivo de las mismas. La población es muy próspera ya que basa su economía en el turismo comunitario, la gastronomía y la plantación de flores para exportación.
El volcán Cayambe, que da nombre a la ciudad, se
encuentra a 5 790 metros sobre el nivel del mar y posee una capa de nieve larga
que cubre su cima regular en forma de triángulo. El ascenso a esta cumbre
requiere de un clima adecuado y de la compañía de un guía ya que los caminos y senderos
no son regulares. Su cima se encuentra a solo tres kilómetros de la línea
ecuatorial.
Desde cada esquina del poblado es posible admirar
las distintas cara del volcán, mientras la ciudad está repleta de cafeterías y
restaurantes en las cuales se conserva la tradición de hornear bizcochos. Estos
bocadillos se realizan en hornos de leña y tienen como base harina de castilla
yemas de huevo. A lo largo del centro histórico de la ciudad, se puede disfrutar
de una taza chocolate caliente acompañada de bizcochos y queso de hoja.
La principal fiesta de Cayambe se realiza el 21
de junio, es decir, el solsticio de verano que desde tiempos ancestrales se ha
denominado Inti Raymi. Esta celebración se denomina la fiesta del sol ya que
simboliza el agradecimiento a esta divinidad aborigen por las buenas cosechas y
la luz que brinda a la mitad del mundo.
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